Un periodista llega a un remoto paraje montañoso para hacer un reportaje sobre la vida del lugar.
Una vez ya instalado, empieza la búsqueda de información para su artículo y se acerca a uno de los aldeanos que había en la plaza céntrica y le dice:
- Hola, soy periodista y quiero hablar de este bello lugar. Por favor, cuénteme algo verdaderamente anecdótico de esta región. Algo que no se indique en las enciclopedias.
El aldeano agradecido por el interés del extraño por su región, comienza el siguiente relato:
-Una vez se perdió una cabra de nuestro rebaño, y como es costumbre, nos reunimos todos los de la aldea, bebimos todas las botellas de vino y salimos juntos a buscarla al monte. Cuando la encontramos, como también es la costumbre,
volvimos a beber y uno por uno tuvimos sexo con la cabra?El periodista circunspecto, le interrumpe:
- Oiga, este reportaje será publicado en una revista para todos los públicos. Mire, mejor me cuenta algo muy alegre de la región.
- Bien, una vez se perdió en el monte la mujer de un vecino y como es costumbre, todos bebimos y salimos en su búsqueda. Al encontrarla, como también es la costumbre,
bebimos y todos tuvimos sexo con ella?El periodista no daba crédito a lo que oía. Pensando como evadir ese tema de una vez, le dijo al aldeano:
-Mire, mejor cuénteme algo triste.
El aldeano, limpiándose una lágrima que comenzaba a salir de sus ojos, continuó:
-Una vez, un día de mucha niebla,
yo me perdí en el monte?Visto en
Rufadas